Notas

 

 

Los megaterios habrían convivido con los aborígenes pampeanos.

El hallazgo de varias herramientas junto a huesos de esa especie, fortalece la hipótesis.  Habría sido hasta 8.000 años atrás, es decir que esos enormes herbívoros sobrevivieron dos milenios más de lo que se creía.
 


Un grupo de investigadores halló en un campo del centro de la provincia de Buenos Aires, en Argentina, huesos de un megaterio que demostrarían que esos animales prehistóricos coexistieron durante 4 mil años con los primitivos habitantes de la pampa bonaerense y que sobrevivieron dos milenios más de lo que se creía.

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Ubicándonos en el centro de la provincia de Buenos Aires, en la República Argentina, se encuentra la localidad de Olavarría, lugar donde estos arqueólogos hicieron el hallazgo.

Según las teorías conocidas, estos animales prehistóricos conocidos como perezosos americanos se extinguieron entre 10 y 12 mil años atrás, en el mismo período en que llegaron al sur de América los primeros descendientes del homo sapiens. De acuerdo con estos datos, la coexistencia entre ellos habría sido breve. Pero ahora, los nuevos hallazgos incorporan otra hipótesis: el estudio de las piezas arqueológicas determinaron que esos mamíferos permanecieron hasta el período ubicado entre 7.750 y 8.000 años atrás. De esta manera, los vestigios permiten asegurar que los antiguos pobladores de la región vivieron por un largo período con megaterios y que habrían tenido un papel importante en la extinción de la especie.

Las piezas ubicadas junto a los restos extraídos en el predio de Olavarría demostrarían además que en esos pantanos capturaban y mataban a los animales para obtener alimentos. Esto también sería una explicación de los motivos de la extinción de la especie.

El megaterio era un animal herbívoro, posiblemente de hábitos solitarios. Por la lentitud de sus movimientos es probable que haya tenido serias dificultades para defenderse de depredadores como el tigre dientes de sable, explican los científicos.

Los primeros restos de este mamífero se encontraron en 1787, en las barrancas del río Luján. "En la región pampeana fue donde más tiempo sobrevivieron. En otros lugares de América que habitaron se extinguieron muchos años antes", explica el arqueólogo Gustavo Politis, director del proyecto e investigador del Conicet.

Los científicos descubrieron decenas de huesos enteros y fracturados y artefactos con filo (tipo cuchillos) que se utilizaron para "carnear" al gigante de varias toneladas de peso. El hallazgo fue en las cabeceras del arroyo Tapalqué, dentro del predio privado "Campo Laborde". Hace miles de años, ese lugar era una zona de pantanos.

En 2001, el dueño del campo de Olavarría encontró un fémur prehistórico en unas barrancas, cerca de un curso de agua dentro de la propiedad. Las excavaciones científicas comenzaron en noviembre del año siguiente, a cargo de Gustavo Politis, Pablo Messineo y María Inés Rivas, de las universidades nacionales de La Plata (UNLP) y del Centro (UNICEN), con sede en el distrito de Tandil.

Después de trabajar en una superficie de 30 metros cuadrados y hasta un metro y medio de profundidad, a fines del año pasado un equipo de 25 personas (entre científicos y estudiantes de la carrera de arqueología) terminaron de clasificar varias decenas de costillas, vértebras y huesos de los miembros inferiores del perezoso. Uno de los restos más completos es un fémur de casi un metro de largo.

Las muestras fueron analizadas en un laboratorio estadounidense, donde se las sometió a pruebas de carbono por aceleración de partículas. Este mecanismo permite llegar a un resultado contundente sobre la antigüedad del material, aunque los fragmentos para estudiar resulten pequeños.

En las excavaciones también se desenterraron un cuarzo y el pedúnculo de una punta de proyectil, utilizados en la matanza del hervíboro gigante.

Aparecieron además, restos reducidos conocidos como "reactivación de filo". Según la explicación de los arqueólogos, esos elementos son desechos en el proceso para afilar una piedra contra otra.

Los fósiles descubiertos en el campo permanecen en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Tandil. Allí los técnicos realizan un proceso de conservación para permitir su exhibición en un museo de Paleontología que se habilitará este año en Olavarría.

¿También carnívoros?


En la edad cuaternaria, el megaterio era el animal prehistórico más grande del sur de América. Los extensos pastizales y la poca densidad de población fueron condiciones propicias para que se instalaran en la región pampeana.

Compartieron el hábitat durante miles de años con ejemplares de milodon y de lestodon. Antes de su extinción, emigraron y se expandieron en varias zonas de América del Norte.

Un perezoso adulto erguido llegaba a los 4 metros de altura y podía superar los 4.000 kilos. En la mayoría de los informes científicos se asegura que los megaterios eran herbívoros. Las características de las piezas dentarias y los restos de excrementos hallados recientemente en la puna, apoyan esa teoría.

Sin embargo, algunos paleontólogos no descartan que los gigantes hayan tenido dietas carnívoras. Los investigadores creen que las garras delanteras y la forma de las mandíbulas serían acordes con esa alimentación.

Mientras deambulaban por los pantanos, los perezosos se mantenían parados durante la mayor parte del tiempo sobre sus miembros inferiores.

 

Infografía
 

 
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Fuentes:  Diario Clarín
Infografía: Diario Clarín
Imagen: Discovery Channel

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25.02.2004_____


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