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PARQUE NACIONAL  EL PALMAR
   
 


Argentina

Entre Ríos

         

 
 

  

  Fue creado en el año 1966  con el objetivo básico de resguardar un o de los últimos palmares de Yatay, representativos de los que, hasta fines del siglo pasado, prosperaban sobre todo el oriente de Entre Ríos. Su amparo se extiende además, a otros ambientes de significativo patrimonio natural, como la selva en galería y el monte xerófilo. Ubicado en el centro oeste de la provincia de Entre Ríos, entre las ciudades de Colón y Concordia, Dpto. Colón, abarca una superficie de 8500ha
a 46km de la ciudad de Colón y 54km de la ciudad de Concordia.

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DESCRIPCIÓN GENERAL: Por su cercanía con los principales centros urbanos del país, este Parque es sin duda, uno de los más visitados y conocidos de nuestra geografía. Lo llamativo de su paisaje poblado de palmeras, los bosques en galería que pueblan las márgenes de los ríos, la belleza del Río Uruguay y la abundancia de su fauna silvestre constituyen los principales atractivos del Parque. Asimismo, ofrece muchas comodidades y servicios para el visitante: buenos caminos, camping, proveeduría, centro de informes, folletería y hasta una playa sobre el Uruguay ideal para el verano. Encontraremos distintos ambientes característicos del Espinal. El pastizal, por ejemplo, que se encuentra íntimamente ligado con los palmares, formando un ecosistema único (palmar-pastizal), que brinda alimento y refugio a innumerables especies de animales: extraordinaria cantidad de insectos; reptiles, como la Yarará, varias especies de culebras, pequeños roedores y aves típicas de estos ambientes, como el Carpintero Blanco y el Real. También podemos encontrar al acecho de su presa a algún escurridizo Gato Montés. Siguiendo las ondulaciones del terreno los bosques de yatay se van raleando hacia las zonas bajas, para dejar paso a dilatadas sabanas, salpicadas por Espinillos, Talas y Ñandubayes de tortuosa figura, por donde transitan Ñandúes, Hurones, Zorrinos, entre otros. Los pastizales que ocupan las suaves pendientes, se confunden con los pajonales de los terrenos más bajos e inundables, formando ambientes acuáticos de increíble riqueza faunística, que albergan batracios y bellas aves como el Chiflón, el Pecho Amarillo y el Ipacaá entre otros. Si observamos con detenimiento, encontraremos a Tortugas Pintadas, tomando sol sobre un tronco en medio de una laguna. En las cercanías del camping hallaremos una formación densa y baja, el Monte Xerófilo, en el que crecen el Molle, Espinillos y Ñandubayes, junto a numerosos arbustos, adornados por enredaderas como la Pasionaria o Mburucuyá. Aquí es común observar a los Zorros de Monte. Las costas bajas del Río Uruguay están tapizadas por una profusa vegetación, aunque en algunos sectores existen pronunciadas barrancas de hasta 15 metros de altura. Esta formación húmeda, que es una prolongación empobrecida de la selva misionera, se la denomina Selva en Galería y nos permite admirar una gran diversidad de especies vegetales. Abundan las enredaderas, lianas y epífitas (como el Clavel del Aire y Barba de Viejo, entre otras), las cuales se encuentran asociadas a distintas especies arbóreas como el Arrayán del Norte y el Laurel. El Arañero de Cara Negra y el Pitiayumí son las aves más características que encuentran refugio en esta formación boscosa. Un ambiente similar bordea los distintos arroyos que surcan el parque, siendo los más importantes el Palmar y Los Loros. Estos cursos de agua son los ambientes predilectos del roedor más grande del mundo: el Carpincho y de otros mamíferos como el Lobito de Río, el Coipo o mal llamado Nutria, junto a aves acuáticas como el Biguá y los Martín Pescadores.

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BIOMA: El Espinal

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FLORA: Entre la flora se destacan los Palmares de Yatay, que con una altura de 18 metros y bellas hojas arqueadas de color verde-ceniciento, se encuentra asociados a los suelos arenosos. La vegetación herbácea que domina en los Palmares, está representada por las gramíneas, que forman extensos pastizales. La Chilca, arbusto ramoso también ocupa este ambiente y avanza sobre los pastizales. En las zonas bajas, estos ambientes se combinan con otras especies, como el Ñandubay, de pequeñas flores crecen agrupadas en racimos y cuyos frutos, en forma de largas vainas retorcidas, son muy apreciadas por la fauna. Lo acompañan el Tala y el Espinillo, que resalta del paisaje por su bella floración cuando sus espinosas ramas se adornan de innumerables botones dorados. En el Monte Xerófilo encontramos ejemplares de Algarrobo Negro, cuyas legumbres de dulce pulpa sirve también al hombre para alimento y la fabricación de bebidas, el Quebracho Blanco y el ya mencionado Ñandubay. En el estrato arbóreo de menor porte inferior encontramos al Molle y el Tala. Esta última especie, crece en suelos más húmedos, posee tronco tortuoso y ramas zigzagueantes provistas de espinas, y pequeñas hojas de borde dentado, que caen en el invierno. Asociadas a este ambiente encontramos una enredadera con una flor muy bella llamada Mbucuruyá o Pasionaria. En la barranca del río Uruguay se desarrolla una versión empobrecida de la selva misionera, denominada Selva en Galería. Este ambiente se inunda periódicamente en forma natural, por lo que todas las especies vegetales están adaptadas a pasar largos períodos de tiempo en contacto con el agua, sin por ello verse afectadas. En ella podemos encontrar al Arrayán del Norte, el Laurel, el Mataojos, la Espina de Corona, el Guayabo Colorado y el Azota-caballo, además de infinidad de plantas epífitas (que son solamente apoyantes y no parásitas como comúnmente se cree) como los Claveles del Aire y las Barbas de Viejo, junto a numerosas lianas y enredaderas. Sobre la costa del río hallaremos también gran cantidad de Sauces, Ingá, ejemplares de gran porte como el Espina de Corona, etc. Entre las especies vegetales exóticas encontramos el Paraíso, árbol introducido desde oriente, que llegó a dispersarse fácilmente en el parque, desplazando a las especies nativas.

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FAUNA: De acuerdo a listados y estudios de diversos investigadores hoy podemos saber que el elenco faunístico del parque se encuentra integrado por entre 20 a 30 especies de mamíferos. Entre ellos se encuentra el Carpincho, el roedor más grande del mundo, siempre asociado a arroyos que surcan el parque. Junto a él encontraremos a otro pariente (también roedor), el Coipo o falsa Nutria. Si tenemos suerte tal vez encontremos nadando al Lobito de Río, especie en peligro de extinguirse debido a la persecución que sufre por su codiciada piel. Los felinos están representados por el Gato Montés, el de los Pajonales y el Yaguaroundí. En la zona del camping encontraremos numerosas cuevas excavadas en el terreno. Son las vizcacheras, refugio de otro roedor autóctono: la Vizcacha. Esta especie encontró en este lugar un refugio seguro de sus mayores predadores el Zorro de Monte, el Gris y el Hurón, que no se acercan por la presencia humana. Entre los mamíferos alados se halla el Vampiro, un murciélago que se alimenta de sangre (hoy en día principalmente del ganado doméstico). Se mueve en grandes bandadas que se refugian durante el día en lugares oscuros, para salir durante la noche en busca de su alimento. Con respecto a las aves, se encuentran registradas para el Parque unas 160 especies, entre las cuales podremos encontrar al Carpintero Blanco, al Real y al Campestre y a los Inambúes Colorados o Martinetas, íntimamente ligados al ambiente formado por el palmar-pastizal. También encontraremos grupitos de Ñandúes, que recorren los pastizales de los palmares y otros ambientes abiertos. En las zonas bajas e inundables, ocupadas por ambientes acuáticos se halla el Chiflón, el Pecho Amarillo, el Pato Cutirí, el Gallito de Agua y el Ipacaá. En la selva en galería se encuentra el Arañero de Cara Negra, el Tingazú y la Urraca Paraguaya, entre otras aves. En las márgenes de los arroyos se halla el Biguá, que con sus alas extendidas, toma sol para secarlas, y al Martín Pescador Grande, al acecho de alguna presa. La Lechucita de las Vizcacheras se encuentra muy ligada al hábitat de estos roedores debido a que aprovechan sus cuevas como guarida. Asociados a estos ambientes se pueden ver Cardenales, Horneros y Zorzales, que buscan su alimento en la vegetación herbácea de baja altura. Entre los reptiles encontramos 30 especies, las más características son la Yarará o Víbora de la Cruz, varias culebras y el siempre presente Lagarto Overo, que también utiliza las vizcacheras como refugio y recorre el camping en busca de restos de comida. Los anfibios están representados por 20 especies, en las que se encuentran batracios, como el Sapo común; entre las tortugas encontramos a la Pintada y a la de Laguna. Entre la fauna exótica se encuentran el Jabalí Europeo y el Antílope de la India.

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PROBLEMAS DE CONSERVACIÓN: Los mayores problemas del Parque los originan las especies exóticas que han sido introducidas por el hombre, mucho antes de la creación del área protegida. Entre los animales exóticos se destaca el jabalí. En el Parque Nacional El Palmar esta especie a prosperado destruyendo nidos y crías de animales silvestres, como así también renovales de distintas especies nativas como el yatay, ya que busca sus raíces para alimentarse. Entre la flora exótica encontramos al Paraíso. Este árbol, originario de Asia, fue muy utilizado en el siglo pasado para formar arboledas en las viviendas rurales. Escapándose del cultivo, se ha diseminado notablemente en toda la región y especialmente en el área, desplazando a especies vegetales nativas. El control de esta especie se torna difícil debido a que es de muy fácil dispersión. Las aves silvestres comen su fruto y diseminan sus semillas por todo el Parque. En la actualidad existen planes de manejo que intentan solucionar esta problemática, a través de acciones que controlen el número y área ocupada por estas especies exóticas.

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YACIMIENTOS HISTÓRICOS: En el Parque se encuentran numerosas evidencias de la ocupación humana en tiempos del Virreinato. Las construcciones más antiguas datan del año 1780 donde el primer dueño de las tierras que hoy forman el Parque El Palmar, comisionado del Virrey Ceballos, Don Juan Barquín, mandó a construir instalaciones para obtener cal. Esta calera fue una de las primeras en funcionar en el Virreinato, lo cual posibilitó que en Buenos Aires se construyan los primeros edificios de más de un piso. También pueden hoy verse los hornos donde la piedra caliza se transformaba en cal, la cual se cargaba en las embarcaciones por intermedio de túneles que aún existen. Dentro de uno de los hornos, los lugareños colocaron una imagen de la Virgen de Santa Filomena, la cual se puede visitar guiándose por la cartelería. Luego de los años 40 se instaló la empresa Salvia Hnos. la cual aprovechó parte de la infraestructura de la antigua calera de Barquín, dedicándose a la explotación de canto rodado. El proceso consistía en el lavado de las piedras, para la separación de la arena, que se iba acumulando al costado de las construcciones, sobre el Uruguay. Por ello, en la actualidad se encuentra la amplia playa a la derecha de las ruinas.

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ITINERARIOS: Existen numerosos itinerarios para el visitante dentro del Parque. Algunos son senderos peatonales, muchos de ellos con cartelería interpretativa y otros vehiculares. El sendero peatonal que conduce a las ruinas históricas de Barquín y a la playa del Río Uruguay es uno de los más atractivos. Transcurre por un sector de Selva en Galería, en la que podremos observar su flora y fauna característica, hasta llegar a las ruinas de la Calera de Barquín. Allí, una serie de carteles interpretativos nos ilustrarán de su peculiar historia. El sendero finaliza sobre una amplia playa arenosa sobre el Uruguay, que es muy visitada en verano. El sendero peatonal "El Mollar" (de aproximadamente 1 km de recorrido) parte en las cercanías del camping y recorre los ambientes de Bosque Xerófilo y Selva en Galería. Tanto en vehículo como a pie puede dirigirse, desde la Seccional La Glorieta, hacia el Ao. Palmar. Observará huellas de Carpincho y una exuberante Selva en Galería, en un hermoso marco paisajístico. Desde allí, si camina a su izquierda, llegará a una pequeña pero bella cascada. El sendero vehicular, está comprendido por 4 caminos interiores que permiten recorrer los distintos ambientes del Parque. Dos de ellos conducen al arroyo Palmar, a través de áreas de palmares densos, estos son: el circuito de la Glorieta y el camino al arroyo El Palmar. Ambos tienen miradores desde donde se pueden apreciar el contraste entre los palmares de un color verde grisáceo y la selva en galería que bordea el arroyo, de verde intenso. Otro sendero vehicular conduce a las Ruinas de Barquín y a la playa, sobre el Río Uruguay, mientras el camino al arroyo Los Loros atraviesa un área de palmar menos denso y llega también a un mirador.

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FUENTES: ERIZE F. y otros. Los Parques Nacionales de la Argentina. Publicación "Parque Nacional El Palmar" APN CINTI R.R. 1983. Parque Nacional El Palmar. Aire y Sol Ed. Abril Bs. As.

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