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PARQUE NACIONAL MBURUCUYÁ
   
 


Argentina

Corrientes

    

 
 

   Aunque formalmente el Parque aún no está creado, se toma como fecha de "nacimiento" el mes de noviembre del año 1991, momento en que el Dr. Pedersen formaliza la donación a la APN (Administración de Parques Nacionales) de las Estancias Santa Teresa y Santa María de su propiedad. En ese mismo año el directorio de la APN acepta la donación y comienza las gestiones frente a las autoridades provinciales, logrando en junio de 1995 la cesión de jurisdicción a la Nación de las tierras involucradas en el proyecto, alcanzando estas a una superficie de 15060 ha, ubicadas al Noroeste de la provincia de Corrientes, a 30 km de la ciudad de Mburucuyá y 100km de la capital provincial.

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HISTORIA-ANTECEDENTES DE SU CREACIÓN:  Se supone que un famoso naturalista de origen francés, Alcides D'Orbigny, que recorriera durante años la porción austral de Sudamérica, cruzó los palmares de Mburucuyá en 1827, durante su visita a la provincia de Corrientes, quedando maravillado por la belleza del paisaje. Pasaron los años, y esa parte de la provincia fue densamente poblada por poseer tierras muy fértiles aptas para cultivo, buenas pasturas naturales y bosques de maderas duras. El paisaje se fue transformando, los campos se alambraron, los bosques y palmares dejaron lugar a los cultivos y la fauna silvestre fue desplazada por los animales domésticos. Entre los numerosos pobladores de destacó uno de origen europeo, que había recibido de su padre un campo en la entonces lejana y remota Sudamérica. Era un joven abogado aficionado a la botánica que recorría el mundo estudiando plantas. Con el tiempo se convirtió en una autoridad mundial en la materia. Decidió instalarse en su campo de Corrientes, donde siguió con su vocación, sin dejar de viajar a su Dinamarca natal varias veces por año, para cumplir con numerosos compromisos académicos. Llegó el año 1988, y el Dr. Troels Myndel Pedersen, protagonista de esta historia, conversaba con el presidente de Parques Nacionales, sobre el interés que tenía en legar a las futuras generaciones sus Estancias Santa Teresa y Santa María. A pesar de haber sido un establecimiento agropecuario, Pedersen siempre se preocupó de mantener en buen estado los ambientes naturales dentro de su propiedad. Los campos soportaban pocas cabezas de ganado, los cultivos eran escasos, no se modificaron los bosques nativos ni los bellos palmares, y se preocupaba de no realizar ni permitir la caza de la fauna silvestre. Luego de muchas idas y vueltas, en noviembre de 1991, se formalizó la donación de las tierras pertenecientes al Dr. Pedersen y Sra. a la Nación, bajo la expresa condición que fueran destinadas a la instalación de un Parque Nacional, con el fin de conservar una muestra representativa del mosaico de ambientes del noroeste de la provincia de Corrientes, que ocupa una considerable superficie y que presenta un muy buen estado de conservación. La donación que hace Pedersen es la segunda realizada por un particular a la Nación, contribuyendo a incrementar el número de áreas protegidas de Argentina. La primera fue realizada por Francisco P. Moreno, en 1903, hecho que diera nacimiento al P.N. Nahuel Huapi y al actual sistema de Parques Nacionales.

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DESCRIPCIÓN GENERAL: El Parque Nacional Mburucuyá, el primero de la provincia de Corrientes, está enmarcado en una región profundamente modificada por las actividades humanas que vienen realizándose desde hace varios siglos atrás. Es por ello que hoy en día ya no se encuentran en el noroeste de la provincia predios de tamaña superficie y con ambientes naturales tan poco alterados. La minifundización, o sea, la subdivisión sucesiva de los campos en lotes cada vez más pequeños, provocó la transformación masiva de la naturaleza local. El desmonte permitió la instalación de cultivos y de pasturas implantadas para alimentar a la creciente cantidad de cabezas de ganado doméstico. Gracias al sabio manejo que hiciera el Dr. Pedersen de su propiedad, actualmente podemos disfrutar del paisaje original de la zona, tal como lo hicieran famosos viajeros y naturalistas del siglo pasado, como el francés Alcides D'Orbigny. El paisaje es en su mayor parte llano y presenta un vistoso mosaico de ambientes. Por el norte encontraremos, en las partes altas, densos quebrachales de Quebracho Colorado Chaqueño y palmares de Palma Blanca, acompañados por pastizales inundables que ocupan los bordes de los esteros. En la zona central nos sorprenderá la densidad de lagunas casi perfectamente circulares, rodeadas de bosques húmedos. Estos representan a la más norteña Selva Misionera, que alcanza estas regiones en forma de isletas (llamadas localmente "capones") dispersas en un paisaje abierto. También hallaremos extensos pastizales con palmares de Yatay (la misma palmera que se encuentra en el P.N. El Palmar, provincia de Entre Ríos) y bosques bajos y espinosos que representan al Espinal Mesopotámico. A medida que nos acercamos a los cuerpos de agua del Parque, observaremos una enorme variedad de ambientes acuáticos, característicos del Chaco Húmedo u Oriental. Esteros, bañados y los típicos embalsados, cubren tanto los pequeños riachos y lagunas como los extensos Esteros de Santa Lucía. A pesar que los mayores vertebrados de la región ya han desaparecido por la persecución humana, aún es posible encontrarse con Carpinchos, Coipos, Lobitos de Río, Monos Carayá, Yacarés, etc.. La diversidad ambiental del área permite la convivencia de una gran variedad de aves, pudiendo observar tanto las de hábitos acuáticos como las que ocupan pastizales, bosques y selvas.

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BIOMA: Selva Misionera o Selva Paranaense, Espinal y Chaco Oriental.

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FLORA: El intenso relevamiento y estudio de la flora llevado a cabo por el Dr. Pedersen, a lo largo de 40 años de permanencia en el área permitió detectar la presencia de 1.300 especies de plantas y realizar un herbario que figura entre los más completos de la región nordeste del país. Es más, algunas de ellas no eran conocidas para la ciencia y fueron descubiertas por el ilustre botánico. Este profundo grado de conocimiento de la flora hace figurar al Parque entre los pocos privilegiados que cuentan con un completo listado de su riqueza florística. La principal característica del Parque es su variedad de ambientes, estando presentes elementos florísticos de la Selva Misionera, el Espinal y el Chaco Oriental.

 

 La Selva Misionera se encuentra formando manchones o isletas, con especies como el Alecrín, la palmera Pindó, el Timbó, el Ibapoy, que conforman el estrato arbóreo de mayor porte. En el sotobosque hallaremos densos cañaverales de la gigantesca Caña Tacuaruzú que alcanza los 10 metros de altura. El Ambay vegeta en la orillas de estas isletas, cerca de los cuerpos de agua. El estrato arbóreo se completa con especies originarias del Chaco Oriental, como el Aguay-morotí, el Espina Corona, el Guayaibí, el Viraró, entre muchas otras especies. En el estrato herbáceo hallaremos a la Ortiga brava, de anchas y urticantes hojas. Las epífitas son muy abundantes, destacándose la presencia de numerosos cactus, helechos, claveles del aires, además de lianas y enredaderas. El Chaco Oriental está representado por bosques secos entremezclados con palmares y sabanas. Los primeros están compuestos por los Quebrachos Blanco y Colorado Chaqueño, el Ñapindá, el Chañar, el Algarrobo Blanco, el Ñandubay, el Guaraniná, entre otros árboles. El piso del bosque está frecuentemente tapizado de densos caraguatales que los hacen prácticamente intransitables para el visitante. Mención aparte merece la enorme variedad de plantas acuáticas que ocupan lagunas, riachos, esteros y embalsados. Pajonales, juncales, totorales, huajozales, camalotales, son acompañados por especies flotantes como la lenteja, el helechito y el repollito de agua. Los vistosos palmares de Yatay con pastizales y los bosques bajos y espinosos de Ñandubay y Espinillo, representan al Espinal. Estos ambientes se ubican en las lomadas arenosas y sectores no inundables del área.

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FAUNA: La confluencia en la zona de variados ambientes, algunos de origen tropical y húmedo y otros más sureños secos, hacen del Parque un sitio que posee una alta diversidad faunística. Como ejemplo de lo anterior expondremos algunas cifras que son elocuentes por sí solas. Se ha detectado la presencia de 29 especies de Peces, que representan el 36 % de las citadas para el sistema de los Esteros del Iberá; 21 Anfibios, que representan el 30% de las citadas para la provincia de Corrientes ; 10 Reptiles, que representan el 30% de las citadas para la provincia de Corrientes; 291 Aves, que representan el 70% de las citadas para la provincia de Corrientes y 36 Mamíferos, que representan el 36% de las citadas para la provincia de Corrientes. De todas maneras, quedan aún muchos estudios adicionales por realizar, lo que seguramente permitirán agregar nuevas especies al elenco faunístico del área. Entre los Anfibios se destaca la Ranita de Pedersen, que fue redescubierta para la provincia de Corrientes y constituye una variedad nueva que lleva el nombre del botánico que diera origen a este Parque. En las costas de los esteros, riachos y lagunas observaremos asoleándose a los Yacarés Negro y Overo. El primero es en la actualidad más abundante, ya que el Overo fue perseguido en toda la región desde tiempos históricos, por poseer un cuero de mejor calidad que su congénere. La Curiyú, corpulenta boa acuática que llega a alcanzar los cuatro metros de longitud todavía se la encuentra en los cuerpos de agua vegetados. Entre las aves hallaremos las selváticas, como el Tucán Grande, las de pastizal como el Ñandú, las acuáticas como el Tuyuyú o Juan Grande (una enorme cigüeña que se alimenta de peces), y una infinidad de pequeñas especies que pueblan todos los ambientes del área. Los mamíferos acuáticos como el Carpincho, el Coipo y el Lobito de Río están a sus anchas. El Aguará-Guazú, enorme zorro de color rojizo y patas negras, es muy raro en toda la provincia, pero aquí se lo ha visto en repetidas ocasiones. Las isletas boscosas son recorridas por el Zorro de Monte o Pitoco, el Mono Carayá o Mono Aullador, que forma grupos familiares muy bullangeros, el Aguará Popé y la Corzuela Parda o Guazuncho.

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PROBLEMAS DE CONSERVACIÓN: A pesar de la presencia de un Guardaparque y sus dos ayudantes, aún se registran casos de caza furtiva dentro del área. La ingresión de los cazadores se produce por el sector de más difícil control dada su inaccesibilidad: los ilimitados Esteros de Santa Lucía. También suelen ingresar por el sector norte, ya que en las cercanías se encuentra la localidad de Manantiales. No faltan las ocasiones en las que se han encontrado Yacarés o Carpinchos baleados a los costados del camino de acceso, evidenciando que se trata de pobladores de la vecina ciudad de Mburucuyá. Afortunadamente situaciones como las descriptas más arriba son cada vez más escasas. Desde la llegada del Guardaparque, su esposa, Licenciada en Biología, y la contratación de dos "baqueanos" como ayudantes, se ha producido un radical cambio de conciencia en las poblaciones de los alrededores. En forma continua brindan charlas en escuelas y colegios, participan en programas radiales y conversan con los pobladores y autoridades locales, entre muchas otras actividades de difusión que emprenden. De esta manera se va logrando una adhesión creciente a los objetivos de conservación del área y se difunde la importancia de cuidar "entre todos" al Parque. La existencia de folletos y cartelería indicativa favorece las tareas de control, vigilancia y educación.

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YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS/PALEONTOLÓGICOS: No posee

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ITINERARIOS: Las recorridas dentro del área deberán ser previamente acordadas con el Guardaparque a cargo del área. Existe un sector delimitado para realizar camping. Le recomendamos visitar los Esteros de Santa Lucía, los palmares de Yatay, la isletas de monte misionero donde podrá encontrarse cara a cara con los ruidosos monos Carayá y observar una multitud de aves.

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FUENTES:Saibene, C. 1995. Mburucuyá: el Pantanal criollo. Vida Silvestre (Revista de la Fundación Vida Silvestre Argentina) No. 44: 4-11.Gómez, D.; A. Bosso; S. Heinonen; A. Giraudo; M. Babarskas; J. Baldo y G. Marino. La naturaleza de las Estancias Santa María y Santa Teresa, Mburucuyá, Provincia de Corrientes. Proyecto "Parque Nacional Mburucuyá". Administración de Parques Nacionales. Inf. Inéd.

 

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